Con el paso de los años la forma de informarse cambió drásticamente. Aquella rutina necesaria de escuchar las noticias en la radio, de esperar los noticiarios a las horas y atenderles religiosamente y de devorar las versiones impresas de los diarios, ya no rige en nuestros días. Sin embargo, las quejas por el contenido de estos medios tradicionales, a los que en muchos casos accedemos digitalmente se mantienen y me surge la pregunta de ¿cómo consume usted información?
Pongamos un ejemplo: Keylor Navas, el portero tico, titular del real Madrid, el compañero de Cristiano.... el foco noticioso estrella de nuestros medios. La información de todo lo relacionado con Navas es abundante, empalagosa -según muchos critican- y abarca todos los aspectos de su vida pero ante esta situación, le cuestiono ¿debe usted consumir este tema en su ejercicio informativo? No, no debe hacerlo, si no desea.
La información a la que hoy accedemos no nos es impuesta, somos completamente capaces de seleccionar que deseamos conocer, en el formato que sea y en el momento que lo deseemos. Así nos cambió la tecnología el proceso de información, no hay límites para obtener información pero si hay herramientas y formas para discernir que deseamos consumir.
Si usted no desea informarse sobre un tema específico, no tiene porque hacerlo, más allá de algún título... un tuit resbaloso o algún post de un amigo asiduo de compartir información, usted no debería sufrir por el exceso de información sobre un particular, usted tiene la elección.
La digitalización de los medios y sus contenidos, cambió para siempre el paradigma informativo y lo hizo para todos, para quienes producen contenido y deben ahora buscar estrategias para que los usuarios accedan a ella y para nosotros los consumidores quienes podemos y debemos, ser selectivos de lo que queremos realmente.
Entonces, si usted tiene una queja recurrente sobre el contenido que un medio produce, le invito a buscar otra opción, le invito a definir sus necesidades de información y a partir de ellas a encontrar quienes le puedan brindar con calidad y oportunidad ese contenido y claro está, a desechar momentáneamente o para siempre, el que no le produzca satisfacción informativa.
Pregúntese cómo consume información y comience a disfrutar más de los contenidos, haciendo una selección recurrente y oportuna.
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